LOS BAILES DE SALÓN

El Chachachá

18/2/2018

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Los bailes de salón comenzaron a desarrollarse desde mediados del siglo XVI, siendo socialmente desaprobados por mostrar a una pareja bailando mientras mantenían contacto físico y/o visual.
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A medida que el tiempo fue pasando y la sociedad evolucionando, diferentes estilos de bailes de salón surgieron de diferentes partes del mundo.

Tanto Latinoamérica como Europa tuvieron sus estilos base, que luego derivaron y se pulieron para llegar a ser los bailes de salón que hoy conocemos.

La Salsa, el Merengue y la Bachata son solo algunos de los bailes de latinos popularizados actualmente alrededor del globo. Los vemos en discos, bares, clubes y escuelas especializadas para su difusión. Todos estos derivan de la música afrocubana de mediados del siglo pasado, y como ellos su hermano: el Chachachá.

Reconocido como baile de salón a nivel social y deportivo, es fácil de reconocer por su paso básico, o más bien el sonido que este origina. Un sonido seco que dio paso a su nombre en sus cuatro tiempos.
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Fue en la década de los 50 que el violinista, compositor y director de orquesta Enrique Jorrín creó este ritmo cubano.

Procede de la evolución y algunos experimentos en torno al danzón, cuando Jorrín, al presentar “la engañadora” dio paso a una melodía nueva y contagiosa cuya variación consistía en un trio de cantantes entonando al unísono el tema de la composición, rompiendo de este modo con la costumbre de un danzón desempeñado solo a base de instrumentos.

Esto fue lo que caracterizó y marcó el nacimiento de este género. Esto fue lo que dio paso a un ritmo contagioso y abrió una nueva puerta, un nuevo estilo a los bailarines para que con una velocidad intermedia tuvieran oportunidad de improvisar y crear nuevas y originales figuras.

El nombre original del nuevo género era Neodanzón. Nombre otorgado por su creador para dejar en claro el cambió histórico que había propiciado en la industria musical.

Tras comenzar su difusión y comenzar las exhibiciones de los bailadores, se hiso notorio lo poco comercial de su nombre.

Fue poco después que se descubrió el sonido que producían los pies de los bailarines al rozar el suelo que, por mera onomatopeya, por esos tres pasos seguidos antes de la pausa y el sonido que creaban, que nació el nombre con que conocemos hoy esta danza: Chachachá.

No fue sino hasta verse finalizada la Segunda Guerra Mundial que comenzó su difusión. A nivel social fue desplazando al Mambo al tiempo que se abría paso por Estados Unidos y América Latina.

Posteriormente, fue llevado a Inglaterra de la mano del maestro de los bailes de salón Pierre Margolier, quien en años anteriores a la guerra había viajado a Cuba para diversas investigaciones en su área, siendo el que incluiría en las academias europeas la mayor parte de los estilos de baile que hoy conocemos.

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Como todo en la vida, el Chachachá ha visto cambios y mejores, adaptaciones a través del tiempo y transformación en sus giros y figuras. Pero a pesar de sus pulidas, es uno de los bailes de competencia que conserva en mayor medida parentesco con su forma tradicional.
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Al igual que el Mambo, se baila en parejas a un ritmo de 4x4, diferenciándose de este por la ejecución de cinco pasos en cuatro tiempos.

Su paso básico inicia en el segundo tiempo y consiste en dar cinco pasos en una secuencia de dos pasos lentos y tres rápidos, es decir, dos-tres chachachá o uno-dos chachachá.

En esta danza los bailadores no suelen desplazarse demasiado por la pista. Se trata de pasos cortos arrastrados por el suelo y sin separar demasiado los pies del mismo. En cada paso, la parte frontal del pie entra en contacto con el suelo y el resto del pie lo hace solo al efectuarse el cambio de peso.

El movimiento de las caderas en este baile se da de manera natural, a partir de la flexión y extensión de las rodillas y el cambio de peso de un lado a otro.

Se trata de jugar con la picardía, de una danza enérgica con actitud relajada. De ser coquetos y vivaces al ritmo de la canción y de dejarse llevar de la mano de su pareja, de disfrutar cada chá en la canción.

Tiene figuras abiertas y cerradas; y comienza, como otros estilos con la pareja de frente: él sostiene la mano derecha de su pareja con la mano izquierda y con su mano derecha realiza un sutil abrazo alrededor de la cintura de ella. La mujer coloca su mano libre sobre el hombro de su compañero y él procede a comenzar la guía de este baile.

En esta posición pueden comenzar los desplazamientos, giros, figuras y pasos laterales con gran libertad. E indiferentemente del nivel de práctica que tenga la persona, este es uno de los bailes de salón más sencillos de aprender, además de ser uno de los más divertidos.

Es así como los bailarines danzan al son de la música. Con instrumentos de percusión, el bajo y piano marcan el ritmo. Con una sección de cuerdas y una flauta se crea una melodía perfecta para esta danza.

Las bandas de charanga eran las que solían amenizar el acompañamiento musical del Chachachá en sus inicios, dedicándose a reflejar una sociedad histórica casi olvidada entre la nobleza y el danzón cubano.

De este modo, la música plasmaba un ritmo perfecto con una historia que marcó una revolución, no solo musical sino socio-culturalmente a mediados del siglo pasado. Así, en estos bailes de salón que en la actualidad conservamos, vemos como se unieron razas, estilos y gustos para abrirle de paso a una evolución enmarcada en buena música y diversión.

Miles de bailadores han practicado esta danza a lo largo de su historia y alrededor del planeta. De diferentes continentes, países, regiones y por supuesto diferentes gustos. A lo largo del tiempo cada uno de ellos ha dejado su marca, y también dependiendo del contexto, se han creado diferentes variables de este estilo de baile.

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Tenemos por un lado el estilo social, que suele ser el primero en aprenderse ya que conlleva más que todo, los pasos básicos y es el menos complejo del grupo.

Por otro lado, tenemos el Chacha en línea o salsero, conocido también como estilo americano o moderno. En este se observa movimientos corporales y de cadera caribeños. Es bailado en línea y sus figuras son las mismas que en la salsa con el toque extra del chasse.

Este estilo es especialmente fácil para personas conocedoras de la salsa, haciéndolo aún más fácil y divertido. Su nombre deriva a que es el comúnmente observado en urbes latinas de los Estados Unidos, zonas en las que la salsa tuvo sus inicios.

El estilo de internacional por su parte, es el utilizado en competiciones. Lleva consigo figuras más complejas, y técnica y estilo de excelente ejecución. Por ello es considerado uno de los más difíciles de aprender, llevando horas extras de practica para su adecuado dominio.

El estilo tradicional o cubano, se denota por mayor libertad en los pasos, mucho desplazamiento y figuras abiertas. Ocasionalmente es confundido con el estilo social, que a diferencia de este, fue mayormente desarrollado en Europa central.

El estilo casino, es simplemente el chachá bailado en rueda como la salsa con pases y cambios, vueltas y figuras abiertas.

Y por último, encontramos el estilo internacional socializado. Apodado así debido a la ejecución de figuras y pasos del estilo internacional, pero sin el cuidado de la técnica y estilo del mismo llevado a competencias.

Aprender a bailar este estilo es sumamente sencillo, los pasos básicos y movimientos iniciales son considerados aptos para cualquier nivel de baile que se maneje por algo.

Comencemos con un paso previo colocando los pies juntos, eleva el talón del pie izquierdo de manera que el peso recaiga sobre la parte frontal del mismo y coloca la mayor parte de tu peso corporal sobre el pie derecho.

Da un paso hacia la izquierda manteniendo el pie base (derecho) en el mismo punto, procurando abrir las piernas un poco más allá de la anchura de tus hombros y con este movimiento, deja que la cadera cambie de peso justo hacia el mismo lado.

Desliza el pie derecho buscando juntarlo con el izquierdo y luego da un paso hacia atrás con el mismo pie y con este movimiento, eleva ligeramente el talón izquierdo.

Ahora, desplaza tu peso desde el pie derecho al izquierdo y lleva el pie derecho hacia adelante para juntarlos nuevamente, volviendo así a la posición inicial.

Luego de aprender el movimiento previo, vamos con el paso básico.

Este consiste en elevar el talón derecho sin separar la parte frontal del pie del suelo. Desciende el talón derecho al tiempo que elevamos el izquierdo y cambiamos nuevamente: talón izquierdo al suelo, talón derecho arriba simultáneamente y una vez más hasta volver a la posición inicial invertida.

Este es el paso que al ser ejecutado en las pistas de baile produce el sonido clásico de chachachá, abarcando dos tiempos de la canción.

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Terminada esta serie, damos un paso corto hacia delante con el pie izquierdo, dejando levantado el talón derecho y trasladando el peso hacia el frente del pie.
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Da un paso hacia atrás con el pie derecho hacia atrás de manera tal que el talón vuelva a entrar en contacto con el suelo y simultáneamente, lleva el pie izquierdo hacia atrás para juntarlo con el derecho.

Ahora, es tiempo de repetir el triple, esta vez comenzando con el pie izquierdo y concluyendo otros cuatro tiempos.

Veamos ahora el paso lateral.

Este comienza con un paso de preparación, y luego de la primera serie de cuatro tiempos, en lugar de volver a la posición inicial, lleva el pie derecho hacia el izquierdo y luego hacia el lado dejando una separación entre ellos poco mayor al ancho de tus hombros.

Traslada el peso de tu cuerpo hacia el pie derecho y desliza el izquierdo para juntarlos nuevamente, elevando el talón del pie derecho al momento de juntarse con el izquierdo.

Ahora cambia de peso nuevamente hacia la izquierda y da un paso hacia la derecha balanceando tu peso de nuevo.

Teniendo el pie derecho aun elevado, da un paso corto en diagonal hacia adelante con el pie izquierdo y traslada tu peso hacia él. Y por último, da un paso hacia el pie derecho para volver a la posición inicial.

Repitiendo este paso hacia la izquierda ya habrás completado un ciclo de ocho tiempos y tendrás como defenderte en la pista de baile.

De este modo, practicando repetidas veces y observando tu cuerpo frente al espejo, puedes sentirte más seguro a la hora de comenzar tu primera clase de chachachá.

Recuerda que en este baile, los hombres comienzan con el pie izquierdo ligeramente elevado, y las mujeres por el contrario con el derecho.

Es recomendable para las chicas además, practicar desde el inicio en tacones. Ya sea para desempeñarlo de forma social o competitiva es costumbre que la mujer baile con una altura un poco mayor a la usual, así que es mejor irse adaptando desde el principio.

Este, como todos los bailes de salón son sumamente divertidos y una excelente actividad cardiovascular que sin duda mejorará tu figura física y tu estado de ánimo.
Pero para dominarlo, es importante practicar. Ya sea frente al espejo, en casa o en una academia o con tu pareja o alguna amiga, es importante que seas constante y no pares de bailar.


1 Comentario
José Manuel Martín link
13/7/2018 00:07:24

Quiero aprender a bailar bailes de salón

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