![]() Las escuelas de bailes son el lugar ideal para dar tus primeros pasos (en la pista, claro). Pero por temor a no dar la talla, muchas veces lo dejamos para cuando sintamos que nuestro bailarín profesional interno florece frente al espejo. Pero hay algo que el internet, los cursos en línea, tutoriales, videos e incluso la autodidaxia no podrán sustituir nunca: la atención al detalle de un profesional cualificado y dado a la enseñanza. No es lo mismo la paciencia que puedes tenerte a la que te tenga un buen profesor, ni los detalles que veas lo que verá él o ella, mucho menos la observación de detalles que ves en el espejo a la que ves en otros bailarines cuando bailas con ellos o los tienes en vivo. Aprender a bailar por cuenta propia es algo que todos en algún punto hemos intentado y no está para nada mal hacerlo. Ya sea hip-hop, rock and roll, danza árabe o coreografía de un video, en algún punto de nuestra infancia o juventud hemos creado un escenario imaginario donde el público somos nosotros, la música está a todo dar e imitamos determinados pasos frente a un espejo hasta que salga la coreo completa. Ahora, con los bailes de salón es un poco más complejo el asunto ya que la parte de la pareja es lo que caracteriza este tipo de baile. No podrás moverte hacia vueltas y figuras avanzadas con una imaginaria, ¿o sí? Es importante que estés claro de todas las variantes de bailes de salón que existen y cuales crees que son tus capacidades físicas para aprender. A partir de aquí y de decidir dónde comenzar irás mejorando tus habilidades al punto de que abrirte a un nuevo estilo sea pan comido. Hay en la actualidad muchos de estilos de bailes de salón y en cada región de cada país tiene un toque propio de la zona, aunque los de competición tienen sus parámetros y normas, cada profesor y academia le da su propia marca diferenciable del resto. Por eso es primordial que conozcas las características clave de cada uno, qué hace a la salsa diferenciable del merengue, por ejemplo. Cuál es la diferencia entre swing y quick step, las características del vals. Conocer la historia, teoría, música y diferencias de cada estilo es importante a nivel general no solo como cultura, sino que sabrás diferenciarlos fácilmente y discernir cuál te gusta y cual no, cual se adapta a tus capacidades actuales, necesidades y personalidad y cuales descartas a la primera teniendo conocimiento de porque va o no de la mano con lo que buscas. Supongamos que llevas un rato considerando iniciarte en clases de baile, ya tienes un objetivo marcado, elegiste el estilo de baile y conoces los pasos básicos. Ahora, ¿cómo sigo?, ¿A dónde me dirijo? ¿Cómo sé por cual academia optar? Con el pasar de las décadas y la evolución humana, la sobrepoblación y migración de personas de unos países a otros, es normal que en tu región consigas cientos de lugares donde se dicten clases de baile. Ahora si tu región es poco poblada puede que te suceda al revés. En ambos casos, hay ciertos puntos clave que te llevarán a caer en el lugar correcto. Elegir una escuela de baile es tan importante como decidir dónde vivir. Puedes que consideres esto una exageración pero, cuando inicias en una por simplemente dejarte llevar y vez que pasan los días y no te sientes a gusto, no era lo que tenías pensado, sientes que el profesor es poco profesional, entre otras cosas, decidirás dejarlo. Cuando esto ocurra, pueden ocurrir dos cosas: uno, dejas de bailar por completo porque tu primera experiencia no llenó ni de cerca tus expectativas; o dos, acudirás a otra escuela donde si no haces las preguntas y averiguaciones adecuadas volverás a repetir el ciclo. Una vez que hayas definido tus metas, debes buscar una escuela o estudio de baile que se adecue a ellas. Aquí te dejo tres preguntas que te ayudarán a decidir qué escuela de baile podría ser la que te caiga como anillo al dedo: ![]() 1. ¿Participa la escuela regularmente en competiciones?Es lo primero que debes preguntar ya que de eso dependerá que la intensidad del entrenamiento y posiblemente sus horarios sean los apropiados para ti y te asegures de llegar a tu meta sin mucho tropiezo. Recuerda que los bailes de salón se bailan de manera social y deportiva y si lo que buscas es llegar a las competencias internacionales necesitas un entrenamiento riguroso, más aplicado y específico para el baile en el cual competirás. También es importante que siendo este el caso, la escuela sea la que te lleve a dichas competencias, que participes en su equipo y se muevan como manada en ese medio para llegar a las competencias locales, regionales y nacionales juntos. Si tu caso es el contrario y deseas tener los bailes de salón como un hobby, una escuela de competencias podría parecerte molesta. Es decir, si quieres simplemente ir a drenar el estrés de tu vida cotidiana una vez por semana, los entrenamientos largos y extra podrían fastidiarte. Y de simplemente no asistir a ellos, el que tus compañeros avancen a zancadas mientras tú sigues en la base te haría desistir de tu plan de bailar. Luego de esclarecer esta cuestión, toca preguntar por los maestros… 2. ¿Cuál es la calidad de la educación de baile?La educación artística en este medio no es diferente a la académica. Se requiere educadores altamente calificados, motivados y profesionales para enseñar y sacar lo mejor de cada estudiante de acuerdo a su propio estilo, personalidad, capacidad física y desenvolvimiento. Muchas escuelas se limitan en evaluar a sus educadores en base a la capacidad que tengan de crear una coreografía, estructura y pautas para cada clase y esto resulta en un estándar inconsistente de educación en todos los ámbitos. Algunas escuelas incluso tienen excelentes profesores con altísimas cualidades educativas y gran experiencia en el medio que al demostrar su capacidad en la obtención de resultados son destinados a los estudiantes dedicados que desean llegar a las competencias. Mientras que los menos experimentados o aun en formación profesional, son destinados a los estudiantes cuyo objetivo es la obtención de un hobby o lo ven como algo extra. Para algunos esto puede sonar incluso injusto, y es que lo ideal es que con el objetivo de maximizar el potencial de los estudiantes, todos los profesores de la escuela deben guiarse por un sistema unificado creado por especialistas tanto en implementar los ejercicios y pasos como en desenvolverse con ellos en la pista a la hora de la verdad. De igual modo, es importante que la escuela mantenga un registro actualizado y realizado con regularidad de los avances de cada estudiante y como poder empoderar sus habilidades para conducirlos hacia los objetivos deseados. La escuela de danza que elijas debe tener profesionales con atención al detalle, tanto para la elaboración correcta de cada figura como para ver las habilidades o talentos ocultos de cada estudiante. Un director académico, un director artístico y profesores con experiencia son buenos signos de una autentica casa de estudios de baile. Y por último pero definitivamente NO menos importante…. 3. ¿Cuál es la filosofía de la escuela?Puede sonar curiosa la pregunta, pero va de la mano con la primera directamente. Si es ser la mejor formando bailarines, o enseñar a las personas como bailar haciendo énfasis en la técnica, o enseñar a las personas a disfrutar de los bailes de salón y bailar correctamente. De este modo conocerás los objetivos educativos de la escuela o academia y si estos se adecuan o no a lo que estás buscando. Además, puedes informarte sobre sus métodos para medir rendimiento. Estas son las presentaciones que hacen las escuelas para enseñar a padres, representantes, familiares y amigos todo lo que su estudiante ha aprendido a lo largo del año y como se desenvuelve actualmente en su estilo de baile. Algunas escuelas obvian esto por petición del estudiantado, sobre todo cuando a estudiantes por hobby se refiere. Pero cuando hablamos de una academia que forma bailarines profesionales para competición, es indispensable que incluya esto en su calendario anual como mínimo. Al tratarse de bailes de salón, existe también la posibilidad de encontrarse con una escuela que haga bailes o fiestas para evaluar a sus estudiantes. Se organiza una rueda de casino, se pone un vals suave y se observa detalladamente y de manera más espontanea el desenvolvimiento del alumnado y su realización técnica y fluida de los pasos. Te recomiendo ante cualquier situación que hagas en primer lugar y antes de salir puerta por puerta por cada escuela de tu región, una lista con las direcciones de las escuelas que incluyen el estilo que quieres aprender. ¿Quedan cerca o lejos de casa? ¿Es conveniente llegar en bus, tren, auto? O mejor dicho: ¿qué tan lejos estoy dispuesto a ir por una escuela de baile?, incluye esto en tu lista más el presupuesto total de lo que estás dispuesto a invertir en esta actividad y revisa que las escuelas de la lista cuadren en tus parámetros. También puede serte de utilidad pedir opiniones a bailarines locales, amigos o vecinos. Revisa los comentarios de las escuelas, sus páginas en redes sociales y ahí puede que incluso consigas sus horarios y capacidad para cada clase. Recuerda que si deseas atención particular, una clase de 5 personas o privada sea perfecta para ti. Sino, una de 15 a más estudiantes te vendría más que bien. Comunicarte con la escuela que haya pasado por todos estos filtros, aclarar otras dudas que vayan surgiendo y pedir una clase de prueba sería genial. Puedes concretar un día para ir a mirar cómo se desenvuelve la clase o participar en una. De este modo, veras si el suelo del estudio te sienta bien, si te agrada el ambiente, el carácter de los profesores, de otros estudiantes y sentirás en carne propia cómo es la vibra del lugar. Una vez que consigas el lugar para ti, no lo dejes ir. ¡Anótate en la siguiente clase y comienza con el entusiasmo en alto antes de que se enfríe!
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![]() Socializar, desahogarse, realizar ejercicios físicos, despejar la mente, mejorar la flexibilidad… son solo algunos de los objetivos que buscamos a la hora de anotarnos en una clase de baile de salón. Sabemos que los estilos de bailes son muchos y los de salón como tal presentan a una pareja enfrentada y generalmente abrazada. Hay muchos estilos y vertientes, unos más dinámicos que otros, unos más lentos otros más rápidos, otros acrobáticos y otros más simples. Todos derivan del primero en ser oficializado como baile de salón: el Vals. Pero existen algunos que requieren mayor resistencia, flexibilidad, agilidad o fuerza dependiendo del caso. La cuestión es que todos en algún momento de nuestra vida por breve que sea hemos querido aprender a bailar o al menos lo hemos intentado en una fiesta o reunión. Y así como la sociedad rechazó al principio la idea de una pareja que realizara contacto físico mutuo en una pista de baile, en cualquier disciplina o iniciativa que el ser humano tenga recibirá algún pero antes de iniciar, sea de sí mismo o de un ente externo. Si has querido bailar y has escuchado cosas como: “estas muy viejo”, o “no tienes coordinación” o “lo que hace falta”, o simplemente “esto no es lo tuyo”, ¡no te desanimes! A Einstein lo tomaron por loco y mira donde estamos gracias a él. Vamos a desmentir algunas cosillas y clarificar algunos puntos. Pero coloca esto primero como nota mental: “Si crees que puedes, estás en lo correcto. Si no crees poder, también estás en lo cierto”. Sea en una fiesta, disco o hasta en la calle, de seguro has experimentado esa sensación de escuchar una música, dejarte llevar por el momento y el ritmo e inconscientemente comenzar a mover los pies. Aunque algunos amargados lo niegan, se han visto en la posición de ser el que pretende ser aguafiestas pero empieza a marcar el ritmo con la cadera, los hombros o los pies. Ahora bien, si haces caso a ese sentimiento, si has visto videos de YouTube con bailarines de swing o pasado por las calles de España o Argentina y apreciado el pasodoble y el tango callejero y has pensado: “yo quiero hacer eso”, entonces el primer paso es: “comenzar a bailar”. Indiferentemente del lugar en que te encuentres, sea en Europa o Sur América, los bailes de salón son muy populares. En cualquier rincón puedes toparte con una sala de baile, club nocturno o rueda de baile tradicional para que tengas la vivencia de primera mano, pero si el pánico de ser un novato te invade siempre puedes acudir al internet donde encontrarás tutoriales, infoguías, clases y videos para comenzar a dar tus primeros pasos. ![]() Antes de continuar, imagina este cuadro: sales con unos amigos a por unas copas, el lugar parece irse animando a medida que llega la media noche y tus compañeros salen a la pista de baile, es ahí cuando la vez. Una persona que te llama la atención físicamente, te acercas, charlas un rato, pero a la hora de que comiencen las indirectas para ir a la pista dices: “lo siento, yo no sé bailar”. O sales con tu pareja a pasar un rato diferente, y él/ella se anima y te pide una pieza pero pasa lo mismo: “yo no sé bailar”. O sales con el corazón en la mano, se dirigen a la pista y te dedicas, hasta que la paciencia dé, a pisarle los pies y tropezar con otras personas. Queda de ti imaginar el desenlace de estas historias, y ahora te pregunto: ¿deseas aprender a bailar? O mejor dicho, ¿aprenderás este año a bailar bailes de salón o lo seguirás dejando en pendiente para el año que viene? Lamento si en párrafos anteriores te llené un poco de pánico, pero eso es lo que pasa cuando te agarran desapercibido. La idea de esto es que quede claro que bailar es más fácil, divertido y más útil de lo que imaginas. Mejorar tu condición física, incrementar resistencia y flexibilidad, dejar de lado el sedentarismo, fortalecer el sistema cardiovascular, relajarse, drenar estrés, superar la ansiedad y depresión, mejorar nuestro estado anímico, equilibrio y coordinación, socializar, desinhibirte, ponerte creativo, mejorar la memoria y mejorar la estima propia son solo algunos de los beneficios que trae consigo esta maravillosa disciplina. Nos ayuda a olvidar los problemas y también a mantenerlos a parte. Te hace entender que los inconvenientes de la casa tienen su lugar, igual los del trabajo, parejas y amigos. Y no es en la pista de baile ni en lugares cruzados. Los bailes de salón nos mantienen enfocados y presentes en lo que estamos ayudando a que todo fluya. Puede parecer que van destinados a personas jóvenes y atléticas, sobre todo si ves videos de profesionales y competencias y en tu primer día y tratas de imitarles, pero vamos que las cosas no son así. Los bailes de salón son fáciles de aprender, pero como todo en la vida, conllevan una pizca de esfuerzo. Cada estilo tiene su nivel de dificultad propio y cada persona habilidades diferentes. Por ejemplo, en lo personal la Salsa y el Merengue se me dan fácilmente, en cambio los pasos de la Bachata no son lo mío. Igual toma en cuenta que la práctica forja al maestro. Y si quieres ser un competidor, pues requerirás mayor dedicación, tiempo y esfuerzo para ello, puede que no suceda de la noche a la mañana pero de que puedes, puedes. Del mismo modo si quieres dominarlos todos de manera social. Esta es la meta de muchos para adquirir mayor versatilidad en la pista, pero es más fácil ir de uno en uno que aprenderlos todos a la vez. ![]() Te recomiendo que para comenzar busques el camino más sencillo. Si nunca antes en la vida has puesto un pie en una pista de baile, comenzar por el Vals sería un buen plan. Pero si alguno en específico ha captado tu atención por completo, entonces empápate de ello, ve videos, escucha su música, infórmate y nútrete al respecto, como algunos maestros dicen: “respira baile”, y antes de que lo notes estarás desenvolviéndote como todo un profesional. Clases privadas y personalizadas serían lo mejor. Así, tendrás a un profesional a tu disposición que pueda observar detalladamente tu movimiento corporal y ayudarte a corregir cada paso, cada gesto y cada vuelta, evitando lesiones y guiándote a lo largo del camino. Seas joven, viejo o chico tienes chances de disfrutar de esta fabulosa actividad. Si buscas iniciar a tu hijo o hija pequeño en este arte, ¡es genial! Ya que desde pequeños trabajarán flexibilidad, coordinación, atención y socialización. Si eres adulto joven será perfecto para olvidar un poco el estrés del día a día, mejorar tu condición física, ponerte en forma y codearte de nuevas personas más positivas, ¡cambiará tu forma de ver la vida! Y perteneces a la tercera edad, seguro de has topado con “consejos” de familiares diciéndote que ya estás muy mayor para eso. Lo ideal es que comiences con calma y como bailarines de otras edades simplemente le hagas caso a tu cuerpo. No importa la edad que tengas, mantenerte hidratado, usar el calzado adecuado, llevar ropa cómoda, saber hasta dónde puede llegar tu cuerpo, parar si sientes que lo necesitas y bailar bajo supervisión ¡es indispensable! Esto de arriba va también para personas con capacidades físicas o psicológicas diferentes. En miles de oportunidades a lo largo de su día a día estas personas son aisladas por “no poder hacer las cosas”, hasta que en determinado punto llegan a creerlo. Pues el baile representa inclusión para ellos. Las personas con problemas auditivos sienten las vibraciones más que los demás, se conectan con la música por las ondas que produce y desarrollan mayor coordinación y equilibrio que el resto. Las personas con baja capacidad visual presentan una capacidad increíble de estabilidad, seguridad y desarrollo de la memoria del mismo modo, ¡incluso muchos dejan de lado el bastón cuando bailan! Las personas con motricidad reducida desarrollan fuerza, flexibilidad y confianza al aprender a bailar en silla de ruedas. ![]() Y a las personas con patologías psicológicas las mantiene atentas y concentradas, las relaja y les permite de un modo sencillo y divertido relacionarse con el entorno sin presiones ni prejuicios. En el baile no hay barreras, todas las barreras que conocemos están en nuestra mente junto a nuestras creencias. Si quieres bailar, ¡hazlo!. No hay ningún impedimento real en ello, y si te hará feliz y te alegrará el día, merece la pena intentarlo ¿no crees? Algo que a muchos les inquieta a la hora de comenzar es la pareja, tener a un desconocido entre tus brazos (o estar en los brazos y una persona nueva), el contacto físico y visual en general, pueden ser motivo de incomodidad antes de siquiera llegar a clase. Por si te lo preguntas de nuevo: Sí, los bailes de salón ameritan una pareja. De hecho, esta es su principal característica: son en esencia bailes en pareja. Sea un estilo tradicional o alguna variante de ellos, tarde o temprano tendrás que enfrentarte a ello. Pero no te inquietes! Si nunca has tenido la experiencia, comenzar con algún amigo o amiga, hermano o familiar puede serte de ayuda. Pre-alistarte para la clase también es buena idea. Recuerda: el espejo es tu fiel compañero. Te da confianza y te otorga la oportunidad de ver qué es lo que estás haciendo. En las clases es probable que bailes con todos los demás asistentes de la misma, solo ten claro que la autoconfianza es la clave de todo en la vida y que esas personas pasarán a ser algo más para ti. Un grupo de baile termina convirtiéndose en una segunda familia, date el chance de conocerlo. Bailar es mágico, pero es algo que solo sabrás una vez hallas comenzado. Otórgate la oportunidad de conocer a tu cuerpo, de cuidarlo, de ver de qué es capaz y de divertirte como nunca. Una vez que bailes, no querrás faltar a una clase. Y tan pronto como empieces a dominar los pasos y a ver el cambio en tu cuerpo, dejarás de resistirte a un buen ritmo que escuchas en plena calle a medio día. Diviértete, relájate, respira y ¡baila! ![]() Bailar, danzar, ejercitarse y divertirse, actividades propias de fiestas, reuniones y grandes eventos. Momentos en los cuales el ser humano busca socializar, salir de la silla, conocer gente nueva y en ocasiones buscar pareja. Los bailes de salón son el centro de ello. Indiferentemente si posees un exquisito manejo verbal pero no una buena coordinación a la hora de bailar, socializar en una fiesta puede serte complicado. Bailar con una pareja nueva o conocida es toda una experiencia que estos estilos de baile nos han propiciado. Desde los más movidos como el Swing y el Quick, hasta los bailes latinos como el Merengue y la Salsa, el hombre disfruta de esta actividad a modo recreacional y competitivo desde hace ya unos cuatro siglos. Todo comenzó con uno de origen europeo, el que se encargó de romper el patrón de los bailes de la época, el que permitió el contacto físico entre la pareja de bailarines y con ello, por superficial que parezca: amplió la mentalidad de las personas de las próximas generaciones, ayudando consecuentemente en gran medida a la evolución social del hombre. Este baile de salón aún se baila en nuestros días, lo vemos en bodas y festejos como parte protocolar importante tanto en América Latina como en Europa. Directo de Alemania y Austria, nos llega el Vals. Así es, este grácil, sutil y elegante baile proviene de los antepasados de personas que casi todo el mundo erróneamente tilda de tosco. De hecho, su nombre se origina de “walzen”, término alemán de girar. Sus orígenes datan desde finales del siglo XII e inicios del siglo XIII, y según algunos historiadores, proviene de antiguas danzas germanas medievales conocidas como “Nachtnaz” y una danza francesa llamada “carmaglone”. Otra teoría, data sus inicios procedentes de los “landler”, danzas montañesas y rusticas del sur de Alemania y Austria que se desarrollaban en un compás lento de tres tiempos por parejas que giraban continuamente. Su origen podría bien ser otro, existen muchas teorías al respecto y se conocen miles de estilos para las mismas fechas. Un vals vienés, uno inglés y uno francés, conocidos todos en el mismo siglo en diferentes partes de Europa. Lo cierto es que, el Vals hoy es conocido por haber sido el primer baile en pareja aceptado por la alta sociedad, siendo reconocido como baile de salón a mediados del siglo XVIII y pasando de generación en generación hasta convertirse en una tradición a nivel mundial con una procedencia un tanto incierta. Sabemos que, luego de ser rechazada durante siglos por la alta sociedad por representar un cambio drástico en el trato entre hombres y mujeres, comenzó a ser bailado en los grandes salones por caballeros y doncellas de la época. Pero no fue sino hasta concluida la Segunda Guerra Mundial que comenzó a brillar en los más importantes bailes y fiestas. Curioso fue para algunos ver a los nobles bailando de este modo, hombre y mujer frente a frente y agarrados. ![]() Este, suele ser el primer baile enseñado en academias. Debido a la simplicidad de sus pasos básicos es el más recomendado para bailarines debutantes. Una vez mejorada la coordinación y el oído de los bailarines con este tipo de ritmo, es más sencillo llevar a cabo algún baile más complejo, con mayor dificultad en las figuras y giros e incluso mayor velocidad en su música. El reto de este baile recae en la realización de las figuras en el tiempo correcto y evitar a toda costa la monotonía sin perder la elegancia. Combinar paradas, giros y figuras con pasos lentos y rápidos son la mejor manera para asegurar el dinamismo en la pista en lo que a Vals respecta. El Vals es el baile de salón estándar más sencillo de aprender, y desborda elegancia en su ejecución. Asegurando postura, pasos largos, movimientos de rodilla y una suave oscilación con el cuerpo, obtendremos el resultado deseado. Este baile se lleva a cabo en un círculo imaginario. Algunas escuelas lo enseñan en forma de “caja” o cuadro, pero al forzar el movimiento corporal en cuatro esquinas, perderíamos el swing y suavidad originales del Vals y que tanto lo caracterizan. Se trata de levantarse y caer con gracia, dar pasos largos, deslizar suavemente los pies por el suelo, mover suavemente los hombres de manera paralela al suelo y dejarse llevar por la música. Su melodía, originalmente lenta que nacía de orquestas y pianistas es hoy interpretada por casi cualquier instrumento que varían según la cultura, estilo y clase social del grupo humano que lo desempeña. Su danza en compás de 3/4 y su carácter variable suelen ser fácilmente diferenciable de otros estilos de bailes de salón. En primer lugar tenemos los latidos que indiferentemente del país de origen de la canción presenta un latido fuerte seguido de dos un poco más sutiles, siendo el primero el indicados para que los bailarines inicien su danza. Hummel fue el primer compositor datado de este género musical. Beethoven, con sus variaciones Diabelli creó melodías sencillas en el tiempo de este estilo. Schubert fue el primer compositor que utilizó el apelativo de “Vals” para una música específica. Pero fue Weber quien le dio forma a esta idea. Fue él quien con su rondó para piano “Aufforderung zum Tanze” quien marcó los inicios de cómo es la estructura del Vals hoy día. Un comienzo lento, un preámbulo suave. Una entrada breve en tiempo de Vals. Un cuerpo con diferentes partes todas distintas entre sí con tonalidades independientes, cada una contando el micro de una gran historia. Y terminando con una coda final, un resumen o referencia a toda la melodía escuchada. Un desenlace de la historia general contada en la obra. Esta forma fue perfeccionada a principios del Siglo XIX por Lanner y Johann Strauss I, alcanzando su figura de danza, composición musical e ideales sociales de la época de la mano de sus descendientes: Johann y Josef. ![]() Podemos apreciar también la presencia de este género en operas menores de compositores como Lehár, Offenbach y Suppé. Y a mediados de siglo, el Vals obtuvo su propio espacio en el ballet y se esparció de los salones de baile a los grandes escenarios. El “Vals del minuto” de Chopin y el “Vals de las olas” de Tchaikovsky fueron algunos de los primeros que destacaron para volverse clásicos del género. “Sobre las olas” de Cadena y “El vals de las mariposas” lo popularizaron y “Tiempo de vals” de Chayanne lo llevó a las pistas de América Latina. Luego de su difusión a lo largo y ancho del planeta, fueron derivando nuevos estilos provenientes de diferentes países que le agregaron su toque personal a esta elegante danza. Por un lado, tenemos el Vals Vienés. Conocida como la danza rápida es la variante más parecida a la danza original seguida por la inglés y lenta. El Vals Vienés es el aplicado en competiciones y comprende entre 110 y 180 intervalos por minuto. Es evaluado en dos formas: El internacional, manteniendo la elegancia, busca la perfección en la técnica de los bailarines que se mantienen enlazados a lo largo de la presentación. Y el americano, donde las parejas realizan figuras abiertas, creativas y dinámicas. El Vals Criollo, acompañado con frecuencia de letras e instrumentación alusivas al tango argentino pero con un ritmo lento y armónico. Llega a Uruguay y Argentina con la ola de inmigrantes europeos que arribaron al litoral argentino luego de hacerse conocido el Vals Vienés en sus países de procedencia. El Vals Venezolano, a su vez deriva en vals de salón o vals popular. El piano es ejecutado mayormente con piano, y el segundo era también conocido como vals de tradición oral y se desempeña con instrumentos típicos de cada región venezolana. En la región de los Andes con violines y bandolas como solistas o acompañados de guitarras, triples y cuatros. Y en Centro-occidente con violines, mandolina, cuatro y guitarra. Siendo las regiones que arraigaron y popularizaron este género en el país. El Vals Mexicano por su parte fue modificado para ser escuchado y bailado, disminuyendo la velocidad y el vértigo de la danza paso a ser un género importante de la música clásica y popular en todo el país siendo interpretada con instrumentos clave de la cultura mexicana como la marimba y agrupaciones de mariachis. El Vals Musette o Vals Francés, llamado así por el instrumento con que se desempeñaba mayormente, una especie de oboe sin llaves. Tiempo después de difundido este estilo, de él derivo el Musette como un estilo musical predominante en París y considerado como una danza urbana de la zona actual. El Vals Chilote, proviene de Chile y conserva casi todas las características del Vals tradicional. Su aporte nacional en el género demarca principalmente en un mayor pronunciamiento de los saltos y una manera más intensa de mantener abrazada a la pareja. Y por último, el Vals Peruano. Este se desarrolló del lado de la costa y de manera especial en la ciudad capital. Su momento de oro fue entre los años 40 y 50, siendo presente en la mayor parte de la producción musical del país. Se identifica por lo rápidos y acortados de sus pasos y por mantener la elegancia del tradicional añadiéndole un toque de sensualidad poco común en este género. Este baile representa la base de todos los bailes de salón de hoy conocemos. Y a pesar de haber sido tan castigado y oculto por más de 10 siglos es el responsable de la danza como hoy la conocemos, y ni hablar de nuestra manera de socializar. Es el más pausado de los bailes de pareja, por ende, el más fácil de aprender a la hora de entrenar tu oído musical y coordinación motriz. Ya sea que seas hombre o mujer, el que guía o se deja guiar, siempre es recomendable probar ambos papeles y conocer los pasos básicos desde los dos puntos de vista antes de comenzar a bailar con una pareja. Puedes ayudarte con videos, tutoriales, fotos o escritos, pero nada mejor que una buena clase para llevar tu mente a un enorme salón de baile del siglo XVI. En particular bailar Vals Lento te relaja, solo deslizarte con pequeños ángulos con la música adecuada te hará sentir dentro de una película. Recuerda que la mejor manera de aprender es bailando, así que pon algo de volumen, espera el primer latido y baila!. |
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