LOS BAILES DE SALÓN

El Chachachá

18/2/2018

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Los bailes de salón comenzaron a desarrollarse desde mediados del siglo XVI, siendo socialmente desaprobados por mostrar a una pareja bailando mientras mantenían contacto físico y/o visual.
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A medida que el tiempo fue pasando y la sociedad evolucionando, diferentes estilos de bailes de salón surgieron de diferentes partes del mundo.

Tanto Latinoamérica como Europa tuvieron sus estilos base, que luego derivaron y se pulieron para llegar a ser los bailes de salón que hoy conocemos.

La Salsa, el Merengue y la Bachata son solo algunos de los bailes de latinos popularizados actualmente alrededor del globo. Los vemos en discos, bares, clubes y escuelas especializadas para su difusión. Todos estos derivan de la música afrocubana de mediados del siglo pasado, y como ellos su hermano: el Chachachá.

Reconocido como baile de salón a nivel social y deportivo, es fácil de reconocer por su paso básico, o más bien el sonido que este origina. Un sonido seco que dio paso a su nombre en sus cuatro tiempos.
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Fue en la década de los 50 que el violinista, compositor y director de orquesta Enrique Jorrín creó este ritmo cubano.

Procede de la evolución y algunos experimentos en torno al danzón, cuando Jorrín, al presentar “la engañadora” dio paso a una melodía nueva y contagiosa cuya variación consistía en un trio de cantantes entonando al unísono el tema de la composición, rompiendo de este modo con la costumbre de un danzón desempeñado solo a base de instrumentos.

Esto fue lo que caracterizó y marcó el nacimiento de este género. Esto fue lo que dio paso a un ritmo contagioso y abrió una nueva puerta, un nuevo estilo a los bailarines para que con una velocidad intermedia tuvieran oportunidad de improvisar y crear nuevas y originales figuras.

El nombre original del nuevo género era Neodanzón. Nombre otorgado por su creador para dejar en claro el cambió histórico que había propiciado en la industria musical.

Tras comenzar su difusión y comenzar las exhibiciones de los bailadores, se hiso notorio lo poco comercial de su nombre.

Fue poco después que se descubrió el sonido que producían los pies de los bailarines al rozar el suelo que, por mera onomatopeya, por esos tres pasos seguidos antes de la pausa y el sonido que creaban, que nació el nombre con que conocemos hoy esta danza: Chachachá.

No fue sino hasta verse finalizada la Segunda Guerra Mundial que comenzó su difusión. A nivel social fue desplazando al Mambo al tiempo que se abría paso por Estados Unidos y América Latina.

Posteriormente, fue llevado a Inglaterra de la mano del maestro de los bailes de salón Pierre Margolier, quien en años anteriores a la guerra había viajado a Cuba para diversas investigaciones en su área, siendo el que incluiría en las academias europeas la mayor parte de los estilos de baile que hoy conocemos.

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Como todo en la vida, el Chachachá ha visto cambios y mejores, adaptaciones a través del tiempo y transformación en sus giros y figuras. Pero a pesar de sus pulidas, es uno de los bailes de competencia que conserva en mayor medida parentesco con su forma tradicional.
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Al igual que el Mambo, se baila en parejas a un ritmo de 4x4, diferenciándose de este por la ejecución de cinco pasos en cuatro tiempos.

Su paso básico inicia en el segundo tiempo y consiste en dar cinco pasos en una secuencia de dos pasos lentos y tres rápidos, es decir, dos-tres chachachá o uno-dos chachachá.

En esta danza los bailadores no suelen desplazarse demasiado por la pista. Se trata de pasos cortos arrastrados por el suelo y sin separar demasiado los pies del mismo. En cada paso, la parte frontal del pie entra en contacto con el suelo y el resto del pie lo hace solo al efectuarse el cambio de peso.

El movimiento de las caderas en este baile se da de manera natural, a partir de la flexión y extensión de las rodillas y el cambio de peso de un lado a otro.

Se trata de jugar con la picardía, de una danza enérgica con actitud relajada. De ser coquetos y vivaces al ritmo de la canción y de dejarse llevar de la mano de su pareja, de disfrutar cada chá en la canción.

Tiene figuras abiertas y cerradas; y comienza, como otros estilos con la pareja de frente: él sostiene la mano derecha de su pareja con la mano izquierda y con su mano derecha realiza un sutil abrazo alrededor de la cintura de ella. La mujer coloca su mano libre sobre el hombro de su compañero y él procede a comenzar la guía de este baile.

En esta posición pueden comenzar los desplazamientos, giros, figuras y pasos laterales con gran libertad. E indiferentemente del nivel de práctica que tenga la persona, este es uno de los bailes de salón más sencillos de aprender, además de ser uno de los más divertidos.

Es así como los bailarines danzan al son de la música. Con instrumentos de percusión, el bajo y piano marcan el ritmo. Con una sección de cuerdas y una flauta se crea una melodía perfecta para esta danza.

Las bandas de charanga eran las que solían amenizar el acompañamiento musical del Chachachá en sus inicios, dedicándose a reflejar una sociedad histórica casi olvidada entre la nobleza y el danzón cubano.

De este modo, la música plasmaba un ritmo perfecto con una historia que marcó una revolución, no solo musical sino socio-culturalmente a mediados del siglo pasado. Así, en estos bailes de salón que en la actualidad conservamos, vemos como se unieron razas, estilos y gustos para abrirle de paso a una evolución enmarcada en buena música y diversión.

Miles de bailadores han practicado esta danza a lo largo de su historia y alrededor del planeta. De diferentes continentes, países, regiones y por supuesto diferentes gustos. A lo largo del tiempo cada uno de ellos ha dejado su marca, y también dependiendo del contexto, se han creado diferentes variables de este estilo de baile.

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Tenemos por un lado el estilo social, que suele ser el primero en aprenderse ya que conlleva más que todo, los pasos básicos y es el menos complejo del grupo.

Por otro lado, tenemos el Chacha en línea o salsero, conocido también como estilo americano o moderno. En este se observa movimientos corporales y de cadera caribeños. Es bailado en línea y sus figuras son las mismas que en la salsa con el toque extra del chasse.

Este estilo es especialmente fácil para personas conocedoras de la salsa, haciéndolo aún más fácil y divertido. Su nombre deriva a que es el comúnmente observado en urbes latinas de los Estados Unidos, zonas en las que la salsa tuvo sus inicios.

El estilo de internacional por su parte, es el utilizado en competiciones. Lleva consigo figuras más complejas, y técnica y estilo de excelente ejecución. Por ello es considerado uno de los más difíciles de aprender, llevando horas extras de practica para su adecuado dominio.

El estilo tradicional o cubano, se denota por mayor libertad en los pasos, mucho desplazamiento y figuras abiertas. Ocasionalmente es confundido con el estilo social, que a diferencia de este, fue mayormente desarrollado en Europa central.

El estilo casino, es simplemente el chachá bailado en rueda como la salsa con pases y cambios, vueltas y figuras abiertas.

Y por último, encontramos el estilo internacional socializado. Apodado así debido a la ejecución de figuras y pasos del estilo internacional, pero sin el cuidado de la técnica y estilo del mismo llevado a competencias.

Aprender a bailar este estilo es sumamente sencillo, los pasos básicos y movimientos iniciales son considerados aptos para cualquier nivel de baile que se maneje por algo.

Comencemos con un paso previo colocando los pies juntos, eleva el talón del pie izquierdo de manera que el peso recaiga sobre la parte frontal del mismo y coloca la mayor parte de tu peso corporal sobre el pie derecho.

Da un paso hacia la izquierda manteniendo el pie base (derecho) en el mismo punto, procurando abrir las piernas un poco más allá de la anchura de tus hombros y con este movimiento, deja que la cadera cambie de peso justo hacia el mismo lado.

Desliza el pie derecho buscando juntarlo con el izquierdo y luego da un paso hacia atrás con el mismo pie y con este movimiento, eleva ligeramente el talón izquierdo.

Ahora, desplaza tu peso desde el pie derecho al izquierdo y lleva el pie derecho hacia adelante para juntarlos nuevamente, volviendo así a la posición inicial.

Luego de aprender el movimiento previo, vamos con el paso básico.

Este consiste en elevar el talón derecho sin separar la parte frontal del pie del suelo. Desciende el talón derecho al tiempo que elevamos el izquierdo y cambiamos nuevamente: talón izquierdo al suelo, talón derecho arriba simultáneamente y una vez más hasta volver a la posición inicial invertida.

Este es el paso que al ser ejecutado en las pistas de baile produce el sonido clásico de chachachá, abarcando dos tiempos de la canción.

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Terminada esta serie, damos un paso corto hacia delante con el pie izquierdo, dejando levantado el talón derecho y trasladando el peso hacia el frente del pie.
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Da un paso hacia atrás con el pie derecho hacia atrás de manera tal que el talón vuelva a entrar en contacto con el suelo y simultáneamente, lleva el pie izquierdo hacia atrás para juntarlo con el derecho.

Ahora, es tiempo de repetir el triple, esta vez comenzando con el pie izquierdo y concluyendo otros cuatro tiempos.

Veamos ahora el paso lateral.

Este comienza con un paso de preparación, y luego de la primera serie de cuatro tiempos, en lugar de volver a la posición inicial, lleva el pie derecho hacia el izquierdo y luego hacia el lado dejando una separación entre ellos poco mayor al ancho de tus hombros.

Traslada el peso de tu cuerpo hacia el pie derecho y desliza el izquierdo para juntarlos nuevamente, elevando el talón del pie derecho al momento de juntarse con el izquierdo.

Ahora cambia de peso nuevamente hacia la izquierda y da un paso hacia la derecha balanceando tu peso de nuevo.

Teniendo el pie derecho aun elevado, da un paso corto en diagonal hacia adelante con el pie izquierdo y traslada tu peso hacia él. Y por último, da un paso hacia el pie derecho para volver a la posición inicial.

Repitiendo este paso hacia la izquierda ya habrás completado un ciclo de ocho tiempos y tendrás como defenderte en la pista de baile.

De este modo, practicando repetidas veces y observando tu cuerpo frente al espejo, puedes sentirte más seguro a la hora de comenzar tu primera clase de chachachá.

Recuerda que en este baile, los hombres comienzan con el pie izquierdo ligeramente elevado, y las mujeres por el contrario con el derecho.

Es recomendable para las chicas además, practicar desde el inicio en tacones. Ya sea para desempeñarlo de forma social o competitiva es costumbre que la mujer baile con una altura un poco mayor a la usual, así que es mejor irse adaptando desde el principio.

Este, como todos los bailes de salón son sumamente divertidos y una excelente actividad cardiovascular que sin duda mejorará tu figura física y tu estado de ánimo.
Pero para dominarlo, es importante practicar. Ya sea frente al espejo, en casa o en una academia o con tu pareja o alguna amiga, es importante que seas constante y no pares de bailar.


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Origen del estilo internacional de baile deportivo

15/2/2018

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Bailar y soltar el cuerpo. Relajarse y hacer actividad física. Pasar un buen rato mientras contribuimos a nuestra salud, son solo algunas de las cosas que pasan mientras bailamos.

El baile se trata de dinamismo y movimiento, de conectarse con un ritmo y una melodía y dejar que nuestro cuerpo se exprese respecto a él, dejar que nuestro cuerpo físico respire.

Si alguien tratara de ir por cada pueblo de cada país intentando clasificar los tipos por clases perfectamente diferentes e identificables una de otra, podría tomarle una eternidad y aun así no tenerlos todos.

En cada continente tenemos algo que nos diferencie de los otros, y lo mismo pasa con los idiomas, dialectos, comidas y por supuesto: bailes.

Desde sus inicios, el ser humano ha utilizado la danza como medio de expresión. Pero a medida que el hombre fue evolucionando, también lo fue haciendo su capacidad de comprensión, de adaptación y comunicación.

Como esto contaba como medio de comunicación entre nuestros ancestros, no es sorpresa que se halla estilizado con el pasar de los siglos.

Fue en el siglo XVI, en enormes salones donde se presentaban los reyes, la nobleza y jóvenes doncellas que comenzamos a registrarlo, cuando nuestros antepasados comenzaron a formalizar este arte de sociabilizar por medio de la expresión corporal y la música y a perfeccionarlo para convertirlo en el arte que hoy conocemos como bailes de salón.

Para la época el primero en tratar de incluirse fue el vals, que a pesar de ser poco aceptado en un comienzo, posteriormente fue apreciado como arte, llevado a los salones y pulido por los expertos para popularizarlo por el mundo. Para pasar de un intento de inclusión a una tradición que ha pasado por toda Europa y a lo largo del planeta.

Fue a mediados del siglo XX que comenzó a gestarse el baile de salón como lo conocemos en la actualidad.

Las secuencias de danzas donde las parejas se movían de manera independiente entraron a los grandes bailes siguiendo los pasos del vals en los salones importantes y el surgimiento de montones de estilos de música popular como el jazz dieron paso a una ola de nuevos bailes nuevos inventados, de los cuales solo los más comerciales o que contaran con una mayor audiencia para su difusión sobreviviría para quedarse hasta nuestros días.
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Fue este filtro lo que le puso en alto a los miles de bailes nacidos entre 1910 y 1930, para que solo los más fáciles de enseñar y aprender perduraran, para difundirlos en Estados Unidos y Europa y comenzar una revolución artística inconsciente.

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Cada baile popular pasó por un proceso de análisis, codificación, publicación y enseñanza de prueba “estándar” por bailarines profesionales para poder elegir cuales prosperarían. Cada uno con pasos básicos que generaran confianza entre sus practicantes para ser desempeñados incluso con nuevas parejas.

Todo un cambio social ocurrió entre Estados Unidos, Latinoamérica y Europa durante el tiempo de la guerra mundial dando un vuelco a las costumbres sociales que para la época se habían forjado.

Pasada la fiebre del baile y ya conocida y popularizada esta actividad como medio social, surge lo que conocemos como baile deportivo o de competencia.

Es parte del ser humano el competir por ser el mejor en algo, por demostrar técnica y destreza. Ya sea a la hora de cazar, cocinar, cortejar o bailar. Con el tiempo, algunos bailarines debutantes como otros con más experiencia en su afán de perfeccionar el arte de la danza, crearon los estilos de competencia.

Pero fue desde los inicios del siglo XIX, debido a la rápida difusión de estilos alternativos que comenzó a formarse la idea de consagrar los bailes de salón como actividades deportivas, y por supuesto, para mantener una uniformidad en el asunto: para regularla.

Esto comenzó a mediados de 1920 debido a la gran cantidad de naciones europeas pioneras de nuevos estilos, definiendo normas y conceptos para una regulación más universal. Fue a finales de la década cuando maestros británicos definieron los estándares para un “estilo inglés” que pronto sería adoptado en todos lados.

En 1935 fue fundada la Federación Internacional de Danza Amateur (FIDA) en Praga por nueve países Europeos, dando inicio al primer campeonato mundial de danza un año después. Esta asociación existió por veinte años, periodo marcado por la Segunda Guerra Mundial y en el que surgieron las nuevas tendencias que más adelante serían aceptadas por organismos del mismo tipo.

Cuando FIDA suspendió sus actividades, Alemania propuso inmediatamente crear una nueva asociación. En esta ocasión, solo ocho naciones europeas respondieron el llamado creando el Consejo Internacional de Bailarines Amateur (ICAD) en mayo del 57.

Al año siguiente de su creación, cuatro nuevas naciones mostraron votos a favor mostrando un creciente interés en la comunidad europea. Sin embargo, los intentos de reconciliación entre la danza amateur y profesional se veía distante.

No fue sino hasta 1965 que se firmó el Acuerdo Bremen, estableciendo que el ICAD sería ahora quien concedería y controlaría las competencias amateur internacionales y el Consejo Internacional de Bailes de Salón (ICBD) tendría las mismas responsabilidades con las competencias profesionales.

Fue a finales de siglo cuando luego de  ser reconocido por el Comité Olímpico Internacional como DanceSport e integrado en la Asociación Internacional de Juegos Mundiales que su nombre fue finalmente cambiado a Federación Internacional de Baile Deportivo (WDSF).

En la actualidad son estos los organismos encargados de regular ambas actividades a nivel competitivo. Y fueron las que ellas junto a sus profesionales capacitados llegaron al consenso sobre las normas internacionales a evaluar.
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Hoy conocemos esta disciplina con diferentes nombres, pero ya sea que se refieran a Baile Deportivo, Baile de Salón de Competición, Baile de Competición o DanceSport, sabemos que nos referimos a la aplicación deportiva de la danza como tal, donde se busca cumplir con una serie de requisitos, directrices y normas previamente establecidas y se pondrán a prueba las figuras, técnica y actitud de los bailarines.

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Estas normativas se crearon para mantener un estándar o línea concreta a seguir, creando una variante internacional para cada estilo de baile, respetando en medida de lo posible las tradiciones y características particulares de cada uno pero formando una guía para bailarines de todo el mundo.

Dando paso al conocido estilo internacional de cada estilo se vio nacer a una nueva forma de baile, una forma evolucionada de bailar. Y con esto, se creó un idioma que bailarines de todo el mundo entienden, que ya solo falta añadir estilo personal y técnica pero haciendo de cada paso algo entendible sin variables en cada frontera.

Esto generó cierto alivio para los bailarines internacionales ya que con el paso del tiempo la modalidad deportiva se fue esparciendo por todo el mundo por los verdaderos atletas amantes de las danzas siendo hoy ya 70 países los que la practican, pero siendo los mismos pasos y figuras con el toque personal de aquellos que lo presenten, respetando siempre cada una de las directrices.

Los estilos que se evalúan en estas competencias son – que se clasifican en --- grupos:

Primero tenemos los bailes standard que incluyen el Vals Inglés, que comparte su estructura con el Vienés pero difiere de él por llevar un ritmo menor; el Tango, procedente de argentina; el Vals Vienés, con un primer tiempo más fuertes que los otros dos; el Quickstep, el más frívolo de los bailes de salón y el Slow Foxtrot, el más técnico de este grupo y variante del Foxtrot.

Este grupo se expresa elegancia pura y muestra características de las épocas, países y niveles sociales de donde procede cada baile.

Sus vestuarios te llevan de vuelta a la época y la alta sociedad, ellos de trajes Frac impecables y ellas con vestidos largos de falda, con orlas de plumas que aumentan su tamaño en los giros.

Luego los latinos que son la Samba, manifestación cultural brasileña de raíces africanas; el Chachachá, procedente del danzón de Cuba; la Rumba-Bolero, con sus pasos cortos y ligeros movimientos de cadera; el Pasodoble, con sus raíces militares y el Jive, de procedencia estadounidense.
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En estos, la conexión de la pareja es primordial. Deben transmitir al jurado una fuerza y sentimiento de confianza que refleje con sus cuerpos las canciones y ritmos que interpretan. Deben contar una historia.
Las caderas, la sensualidad y la picardía son acompañamientos clave en cada paso que dan los bailarines reflejando la frescura típica de la persona latina.

Sus trajes son abiertos muy al estilo de Antonio Banderas, y ellas lucen trajes cortos ceñidos a su cuerpo, con pedrería, plumas y swarovski.

Todos ellos implican tener un nivel avanzado en danza y horas y horas de entrenamiento. Fue en el 2000 en los Juegos Olímpicos de Sidney que surgió la primera demostración de este deporte con el fin de que formase parte de este evento en el futuro, estudios que aún siguen en proceso.

Si tu deseo es convertirte en bailarín de bailes de salón de competencia, debes comenzar desde ya a desarrollar y perfeccionar ciertas habilidades y destrezas físicas y mentales como fuerza, agilidad, coordinación, resistencia, interpretación musical, gracia, estilo, disciplina, trabajo en equipo y sobre todo pasión.

Si has probado bailar y te sientes como otra persona, confiado, seguro y libre. Si sientes que descubriste una parte de ti la primera vez que danzaste o si te sientes conectado con la música, que tu cuerpo se deja llevar y puedes expresar las tonadas a la perfección, un don natural, un talento o un placer, entonces el baile deportivo puede ser una opción para ti.

El baile es una actividad física de excelencia y considerada elitista profesionalmente hablando, pero si quieres entrar a este mundo de lleno lo único que debes hacer es bailar, dejarte llevar y conocer tu cuerpo.
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Los bailes de salón liberan y te dan incluso la oportunidad de socializar mientras te pones en forma, de disfrutar cada instante de la música y de salir con un aire nuevo de cada lección. ¡Nunca es tarde para comenzar a bailar!

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La historia del tango

11/2/2018

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Una danza que relata historias de amor, pasos firmes y marcados. Una pareja en un estrecho abrazo, pasos que expresan pasión y una rosa blanca en la boca del hombre que busca seducir a su pareja.
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Lo vemos en comedias románticas y presentaciones en Brodway. Siendo una de las danzas más complejas a la hora de aprender a nivel internacional, requiere coordinación, flexibilidad y confianza en su pareja.

Pero sobre todo, los bailadores deben poder expresarse con su cuerpo. Este baile es considerado tanto por sus bailadores como por sus espectadores un romance de tres minutos, un romance entre bailadores que posiblemente no se conocen del todo, pero representan el amor, la sensualidad y la pasión en cada paso mientras bailan Tango.

Es curioso como el Tango etimológicamente abarca tanto. Se refiere a lugares cerrados, sitios de baile, poned los tambores y bailes afro-argentinos en sus inicios. Hoy por hoy, cada vez que lo escuchamos nombrar lo primero que ilustramos en nuestra mente es una rosa, una cadencia, un hombre seductor y una dama de rojo.
Esta danza pasional se vio originada en los puertos de Uruguay y Argentina, específicamente en Río de la Plata. En los suburbios, barrios bajos y zonas marginales se comunicaban los esclavos, entre códigos y señas para disfrutar de sus llamados en su fecha “tangos”, academias o milongas, escapando por ratos de la condición en que vivían.

Los padres de esta danza eran los propios pertenecientes a las comunidades afro-rioplatenses de mediados del siglo XIX que luego de la evolución que sus propios bailes de pareja habían conseguido, tuvieron la oportunidad de fusionarse en una sola y majestuosa danza.

Este, a diferencia de los demás bailes de salón no deriva de una en particular. Músicos y bailarines dedicaron décadas en conseguir una raíz concreta y fracasaron al hacerlo. Ya que el Tango como tal, no es un baile modificado, sino estilos mezclados.

Es eso lo que lo hace único y fácilmente diferenciable del resto, su corte, su quebrada y su caminar son propios. Su música surgió de improvisaciones que según lo que se sabe a la fecha, proviene de músicos que no sabían leer partituras.

Su sensualidad y la extroversión de sus bailadores no colaboraban con hacerle fama. En esa época el Vals estaba siendo recién introducido en los bailes de salón entre críticas y bochornos por el contacto físico de la pareja.

Entonces, entre clubes y prostíbulos quedó renegada esta danza sensual.

Este estilo contribuyó directamente en la sociedad que hoy conocemos. Dio un giro completo al modo de relacionarse entre ambos géneros. Y es que, de no ser así quizás aún hoy representaría una falta de pudor que personas de ambos sexos se dirigieran la palabra.

Claro está, sus primeros intentos para ser incluida como danza en la alta sociedad fueron completamente desastrosa. No solo fue rechazada sino también prohibida por los más pudientes y por la misma iglesia.

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Tanto así fue su impacto que, personas eran detenidas por la policía al bailar tango en lugares públicos, quedándose por casi 100 años más en el lugar que lo había visto nacer, los suburbios.
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Este estilo ha ido evolucionando notoriamente desde su nacimiento. Tanto así, que sus historiadores han separado sus diferencias y pasos de cambio en etapas.

La Guarda Vieja, su primera etapa, data desde su nacimiento desde principios a mediados del siglo XIX y es separada en dos etapas. La eclosión, va desde sus inicios hasta que el estilo luego de tumbos y mezclas, definió su forma e identidad propia, siendo conocido entonces como “tango criollo”.

En el momento en que la población de Montevideo se vio velozmente multiplicada y la de Buenos Aires pasó el millón de habitantes, la interacción cultural dio paso al tango rioplatense marcando al fin la independencia de la milonga y demarcándose con su propia personalidad, naciendo un estilo más pulido.

Poco a poco, se fue sumergiendo a la población en esta nueva movida. Dado el hecho de que la mayor parte de la población era partidaria del baile, más que todo inmigrantes africanos y cubanos, a pesar de las prohibiciones fue instaurándose en cafés, teatros y cabarés.

En este punto nace el tango canyengue. Con fin de no dejar de lado un estilo tan atractivo, la solución para completar su popularización fue adecentarlo, suavizarlo y eliminar pasos característicos de sí con el fin de no dejar morir esta danza.

De este modo, comenzamos a verlo casi como hoy lo conocemos con parejas bailando en los boulevards, en público y sin delitos al tiempo que los músicos comienzan a grabar sus obras maestras especiales para la ya no tan considerada “danza prohibida”.

Y no fue sino hasta la primera década de los 1900, que su música comenzó a crear el carácter que le conocemos. Fue entonces cuando fue integrado el bandoneón como instrumento central de esta en la etapa que lleva su nombre.

Posteriormente y luego de resistencias por parte de los músicos, fue integrado el piano. La falta de aceptación de los artistas resultó en el perfeccionismo. Antes de modificar el género por completo, muchos de ellos invirtieron su tiempo en estudiar la aplicación del piano, como sería su adaptación rítmica y musical.

Fue al verse sustituidos por estos elementos musicales, que sus antiguos protagonistas comenzaron a renegarse. Antiguamente, su estilo saltarín y vivaz era dado por la flauta, que con el tiempo desapareció por completo del Tango. Y su compañera la guitarra también se vio postergada, dando paso a una nueva etapa tanguera: la Guardia Nueva.

Aquí tenemos ya la aceptación de la danza y sus pasos, instrumentos, música y carácter definidos. Ya el Tango es aceptado y ya comenzó su difusión global. Aportes de músicos preparados y letras evocativas de añoranza contribuyeron con este paso.
Pero hubo un punto, en que todo el mundo quiso saber de qué iba este baile, miles de academias abrieron, había maestros por todas partes y comenzó una fiebre del tango en 1912. Fue gracias al estreno mundial de The Sunshine Girl en Londres, que llegó directamente al corazón de la alta sociedad.

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Esta comedia musical que incluía solo un número de Tango fue el que lo puso en moda rápidamente en las grandes casas europeas.
A los pocos meses de este fenómeno, músicos, historiadores y famosos comenzaron a rondar entorno a él. Nació el primer libro de historia dedicado a una danza popular de la mano de Gladys Beattie Crozier. Y poco después, se vieron las primeras giras por Europa que incluían pianista, bandoneonista, violinista y como primicia: una pareja de bailarines.
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Casimiro Aín y su compañera Martina fueron esos talentosos precursores, que por primera vez dieron a ver con gracia, elegancia y sensualidad una revolución en los modos de bailar, de expresar con el cuerpo y de relacionar ambos géneros.
Poco después de su auge y un tanto antes de los comienzos de la Primera Guerra Mundial que Guillermo II, emperador de Alemania prohibió bailar a sus oficiales bailar el tango si vestían uniforme.

Pero las nuevas prohibiciones a lo largo de Europa no lograron más que reafirmar su difusión y del modo en que este, cuestionaba las costumbres establecidas sobre la relación de las personas con sus cuerpos.

Este ese momento, tanto los líderes políticos como eclesiásticos esperaban que las prohibiciones acabaran por extinguir el género, pero finalizada la guerra y retomados los viajes en un mundo de discos y cine mudo, la difusión de la música y el baile a lo largo del globo continuó su legado.

Cerrando la Guardia Nueva, ya los artistas habían diferenciado sus propios estilos dentro de este género, tanto bailarines como músicos para iniciar la Edad de Oro del tango en los años 40.

Esta década contempló la perfección entre los cambios. Eran muchos los artistas y en su mayoría llevaban calidad a lo largo del mundo.

Orquestas en vivo, protagonismos en radio, discos y cine convirtiéndose en la música de esa generación. Se escuchaba tango en todos lados, cafés, bares, clubes, salones, sindicatos y carnavales.

Los grandes clubes de futbol organizaban bailes los fines de semana y masivos carnavales donde era casi obligatoria la presencia de la orquesta en vivo siendo la actividad tanguera el centro de atención.

Fue entre los 50 y 60 que comenzó a verse desplazado el Tango de las pistas de baile, con la contrastante aparición de los hippies, el rock and roll y la revolución sexual.

Y finalmente volver a posicionarse unas dos décadas después en su país de origen y en la ciudad de París renaciendo de las cenizas con el espectáculo del reconocido Claudio Segovia “Tango Argentino”.

Actualmente gracias a la facilidad de internet y las mezclas interculturales que se han llevado a cabo desde inicios de nuestro siglo, miles de géneros han nacido, y miles de músicos alternativos se han visto involucrados en su recuperación por medio de instrumentos actuales con cadencias tangueras y pasos alusivos sin fin.

Vemos Tango con Hiphop, con Rock, incluso con Heavy metal en shows, presentaciones y videos de internet.

Siendo uno de los bailes de salón más sensuales y elegantes, pasó a ser considerado patrimonio inmaterial de la humanidad, pasando por si fuera poco a convertirse en eternidad:

El tango nació entre las clases bajas de ambas ciudades [Buenos Aires y Montevideo] como una expresión originada de la fusión de elementos de las culturas afroargentinas y afrouruguayas, auténticos criollos e inmigrantes europeos. Como resultado artístico y cultural de este proceso de hibridación, el tango es considerado hoy en día como uno de los principales signos identitarios del Río de la Plata.

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LA BACHATA

3/2/2018

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Danza sutil y sensual, erótica, rápida y pegadiza. Popularizada a principio de este siglo y bailada en cada rincón de América Latina. Es romántica y relata historias de amor imposible, difícil, complicado, variable y a veces, expresa el sentimiento de los corazones olvidados.

Es la Bachata, que es mayormente conocida por sus pasos balaceados y letras con sentidos eróticos. La llamaban en décadas anteriores como “Música de amargue”, parece proceder del bolero como una manera más rápida de bailar y cuyos cantos se diferencian por la utilización de resonancias nasales y giros con desgarramientos.

Nacida en los 60s en República Dominicana, de la voz de José Manuel Calderón quien creó una transformación antillana a los boleros ya populares en la época.

Al ser popularizada en las zonas bajas de las urbe y haber visto sus orígenes en los campos, además de por el contacto entre bailarines y las letras y movimientos sensuales, obtuvo mala fama que la siguió por largo tiempo.

Al no ser aceptada por la alta sociedad, durante la década siguiente a su origen se convirtió en la música típica de cabarets, burdeles y lugares marginales de las grandes ciudades.

Es en los 80s cuando nace la Bachata Rosa, una variable del género con letras más universales y pasos más bailables y apropiados para impulsar su popularización. Pero no fue sino hasta el 2002 que el grupo dominicano Aventura la hizo internacionalmente conocida y bailada con su tema “Obsesión”.

Hoy en día quedan solo algunos pasos de la Bachata primitiva “doble sentido”. En los noventa, comenzó a implementarse el paso en línea y los pasos laterales para desprenderse un poco más del baile en cuadro de su antecesor Bolero.

Y como con todas las ramas, al verse hoy día en diferentes países, ciudades y culturas, lo normal es ver las variantes del baile en cada zona. Mayores movimientos de caderas, más adornos con las manos, variaciones con tango, y Bachatas propias de cada región.

La Bachata es actualmente el ritmo más popular en New York y Latinoamérica.  Su coreografía actual procede de los 90s. Entre sus estilos más destacados están el europeo y el dominicano. En el primero podemos apreciar mayor número de figuras, la pareja se junta y se separa entre series de pasos para estilizar los movimientos que marcan cada una. Y en el segundo, los bailarines se enfocan mayormente en el movimiento de las caderas, bailan muy pegados y no se elaboran tantas figuras.

Este es un baile que desborda sensualidad, pero para elaborarlo adecuadamente indiferentemente de la vertiente debe encontrarse el equilibrio adecuado entre la complejidad de las figuras y la sensualidad de los movimientos.

Precisamente el mayor motivo para la mala fama del género, fue que al popularizarse entre cabarets se cruzaba la línea fina entre sensualidad y vulgaridad; por lo que era tan mal visto y considerado marginal.

En este baile de salón, el paso base consta de cuatro tiempos. Se inicia con los pies juntos. En el primer tiempo, simplemente abrimos un poco con el pie derecho hasta el lado derecho, es decir, de lado.
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En el segundo tiempo, el pie izquierdo busca juntarse con el derecho nuevamente. En el tercer tiempo, repetimos el movimiento del primero. Y en el cuarto volvemos a juntar, pero esta vez damos un pequeño golpe de cadera hacia arriba al lado de dónde venimos, en este caso, a la izquierda.
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Este golpe de la cadera, en los hombre suele ser menos acentuado que en las mujeres. Luego repetimos esta secuencia con el pie izquierdo y seguimos así, danzando de lado a lado en la misma línea.

A simple vista parece ser un baile sumamente sencillo, y si la pareja se dedica a bailar una Bachata lenta, sin adornos ni figuras, lo es.

Es a la hora de coordinar con brazos y vueltas que encontramos la dificultad de este baile de salón. Si has bailado Salsa o tienes conocimiento básico de la misma, será pan comido. Las figuras suelen ir de la mano. El hombre deber saber guiar a su pareja y la mujer debe saber dejarse guiar.

Recordemos que este baile se fundamenta en la sensualidad y la rigidez corporal puede acabar con esto en un solo paso.

La música de la Bachata proviene del son cubano y los ritmos africanos, tal y como todas las vertientes de música y bailes de salón provenientes del Caribe. Siendo estos los primeros ritmos popularizados para los bailes en pareja en la época de colonos y esclavos.

La Bachata se compone por percusión y cuerdas de origen dominicano que con guitarras, marimbas, maracas, güiras, bongos y timbales, creando un estilo híbrido que deriva del bolero y otros ritmos del caribe.

En sus inicios, solían denominarle “música de amargados” por los garraspeos y sonidos nasales en la voz de los cantantes. Además, de que sus letras estaban compuestas por fraseos de doble sentido, eróticos, románticos o melancólicos.

Una de las características de su música se escucha nombrar en las canciones de Aventura, cuando dicen “llora mi guitarra” al crear un sonido de goteo agudo y sollozante.

Pero desde la década pasada, músicos como Juan Luis Guerra le han dado un vuelco a este lado melancólico tan característico suyo, respetando las tonadas y ritmos pero incorporando letras alegres o percusiones diferentes a sus canciones.
Y como todos los bailes, con el paso del tiempo y la intervención de grandes influencias que quisieron darle su toque personal, se fueron creando variables en pasos y estilos, cada uno con un toque de su región y gentilicio.

Entre los oficializados tenemos:

La tradicional, originada entre Estados Unidos y Europa. Lo mencionamos anteriormente, mantiene a la pareja de frente cerrada, incluye giros y caídas pero no tanto adornos de brazos ni figuras. Es el primer estilo que como bailador se aprende. En este, es importante dominar el movimiento de la cadera en los tiempos 4 y 8 y la coordinación.

La Bachata sensual por su parte, se enfoca en el contacto físico entre la pareja y la expresión corporal que ambos manejan. Se enfoca más en la interpretación de la música 
utilizando movimientos ondulatorios, ochos de cadera y golpes secos dejando de lado un poco los giros y el enfoque de los pies.


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La Bachata Moderna o Madrileña, es como conocemos a la bailada hoy día. Esta incorpora pasos y giros de otros estilos como la salsa y merengue, se considera más estilizada, guarda cuidado en la postura de la pareja y permite jugar con los pies durante su desempeño.
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La callejera o Bachata urbana, incluye también pasos de otros estilos, aunque más inclinados a los de hiphop. Nace de una fusión entre la cadencia y la actitud del Street dance y algunos pasos y movimientos rápidos de la bachata como tal. A diferencia de las demás variables, esta es más libre incluso en la dirección de sus pasos ya que no se baila de lado a lado (en línea) ni en cuadro.

La Bachatango o Bachata Tango por su parte, nace directamente de la Bachata moderna. Se diferencia de todas por las pausas prolongadas, las patadas elaboradas, los giros y la elegancia del tango. Se centra directamente en la sensualidad y en cómo utilizarla para adornar cada figura.

Y por supuesto, el estilo original dominicano. Mantiene un gran parecido con la salsa latina debido a algunas de sus  figuras. Se cambia de posiciones abiertas a cerradas y se omiten los giros casi por completo. Este estilo aun hoy mantiene su dirección lineal y sus pasos base.

Su procedencia dominicana la caracteriza de los demás bailes de salón de Latinoamérica.

Hoy día la conocemos como el estilo de baile y la música que lo acompaña, pero antiguamente la Bachata hacía referencia directa a un tipo de reunión social festiva. Y etimológicamente, “bachata” significa juerga, jolgorio y parranda.

Cuando un dominicano decía de que “había bachata”, hablaba de recreación popular, fiesta de patio o calle. Es decir, se usaba el nombre para festividades mas no como género musical ni estilo de baile.

En sus inicios, la bachata iba acompañada de ron, música y bailes varios. Y esto, además del significado dado en el párrafo anterior, fue uno de los factores que contribuyó en gran medida a que la alta sociedad una vez establecido como estilo de baile, lo considerara digno solo de “gentuza”.

Realmente, el género nació de variaciones de boleros desarrolladas en las “fiestas de calle” con guitarras, palitos, cucharas e instrumentos del campo, donde las bandas jugaban con las peticiones del público, sus instrumentos y tonadas del son, las rancheras y el merengue con lo que fueron improvisando.

A principios de los 60 y hasta finales del siglo, se consideraba música de desamor y depresiva. De hecho, debido a la influencia psicología que tenían las letras de algunos cantantes, llegó a verse prohibido en algunas  regiones y poblados latinos el género musical, y en otros solo determinados artistas.

Hoy en día, tanto el género como el baile han ido evolucionando. Ya no vemos tanto doble sentido en las letras, algunos cantantes han sabido conservarlos sutilmente. Encontramos nuevos instrumentos entre sus bandas y encontramos más estilizado el baile.

Si bien es uno de los bailes de salón más joven o reciente, ha encontrado muchos cambios en su camino a la aceptación. El toque romántico, la elegancia, la sensualidad sutil y cuidada son características claves de nuestra Bachata. Esa que a principios de este siglo se propagó por el mundo llegando a otros continentes y ha sigo la base para otros estilos musicales y bailes de salón.

Si has incursionado en otros bailes, aprender el paso base de la bachata será pan comido. Solo presta atención a tu cadera y baila frente al espejo. Vigila no exagerar ningún movimiento y no cruzar la línea fina de la que hemos hablado.

Aquí la distancia no permite casi el contacto visual con la pareja, pero eso no implica disminuir la chispa en tus ojos. Deja que tu cuerpo exprese la música y conviértete en una obra de arte viviente.

Acostumbra a tu cuerpo a la sensualidad y sutileza de este estilo de baile y deja a todos con la boca abierta en la pista de baile.

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